Conoce el terreno, lo conocen, mide sus recursos, sopesa el momento, mueve piezas
XAVIER GUTIÉRREZ
Domingo, Febrero 25, 2024
Lo creen ingenuo. No lo es.
Piensan que lo engañan con la simulación.
Es zorro.
Tiene 54 años pero no se cuece al primer hervor.
Discurre sobre el estado. Lo recorre de modo incesante, antes, ahora, mañana.
Suma, suma…
Anota. Emplea modales afables.
Sigue puntualmente la batuta de la directora nacional de la orquesta.
No quita los ojos de la partitura. De la seleccionada para este preciso momento.
Es pieza importante en el concierto nacional. Hay una estrategia en el país y Puebla forma parte de ella.
Le asignaron un territorio y a eso se concentra. Sobre eso rendirá cuentas.
Tiene perfectamente claro el objetivo.
No se detiene en nombres y cargos. Por ahora.
Hay tiempo de echar cohetes y tiempo de recoger las varas.
Del zorro ha tomado astucia, inteligencia y habilidad.
Sus adversarios les han puesto obstáculos mil. Sí, para aprender.
Ha crecido mucho. Tropezones que no dejan enseñanza no sirven.
Se le han atravesado en el camino gobernadores, secretarios de estado, representantes populares, zoológico grande, temible a veces. Feroz hasta provocarle rabia, no temor. Sabe contener sus emociones.
Todo esto lo ha hecho reservado, calculador, frío.
El político inteligente nunca dice hacia dónde va. Él lo sabe, pero no lo dice.
Quien lo dice es que no es político.
Es figura de la pieza teatral del programa. Por ahora.
Del cardenal Mazarino parece haber tomado y ser fiel al consejo: “Quien desee el poder debe convertirse en perpetuo pretendiente”.
“El poder implica tenacidad e inteligencia para elegir lo que más convenga tanto a la conservación del poder como de la paz y ciertos privilegios a los otros...”
Y más:
“Planea estrategias, conoce a sus enemigos y es capaz de detenerlos antes que ellos obstaculicen su trabajo. Precavido ante la falsa amistad que ofrecen aquellos que pretenden sus favores.”
“Simula, disimula, no confíes en nadie. Habla bien de todo el mundo, prevé lo que has de hacer.”
Poco dice sobre su estrategia de fondo, pero parece escuchar y seguir las experiencias que Mazarino transmitió a Luis XIV. Sus actos así lo apuntan.
Alla afuera hay rebumbio. Explicable en parte, estamos en tiempos de carnaval.
Vendrán después al menos cuatro etapas.
El tiempo de la campaña, la elección, el tiempo del gobernador electo, los tiempos de la transición del poder. Quizá el gabinete con “piezas de circunstancia”. No definitivas.
Y el cambio.
El poder pleno. El sueño largamente acariciado. Peleado.
Para Puebla se anticipa cambio, no sólo transición. A diferencia de lo sucedido con Fox y Calderón en el país.
Puebla no podría admitir otra cosa.
Calibra el peso de la elección. Afina las piezas de su panoplia.
Conoce perfectamente bien el estado, a su gente. Sabe de los males, conoce los remedios.
Sabe quién es quién en cada lugar. Tiene peinado el territorio. La campaña será una revisión palmo a palmo.
Tiene claro que no hay campaña fácil ni enemigo pequeño.
Pero se ha curtido en la adversidad. Adversidades de todos los calibres.
Y ha salido avante.
Un día le soltaron los canes en Tepeaca. Medio centenar de policías con escudos y toletes lo arrinconaron y casi lo corrieron a empellones.
Actuó con reserva. Con inteligencia, guardó el rencor.
Aprendió a no olvidar. Moderó el lenguaje. La cabeza fría.
Es Alejandro Armenta.
Cocina la gubernatura con mesura, inteligencia, habilidad.
Lo creen ingenuo.
Es zorro para esta pradera…
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