Los Acapulcos que vienen

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    Ahora mismo se están gestando tragedias como la del puerto en cualquier parte del mundo

    XAVIER GUTIÉRREZ

    Domingo, Noviembre 5, 2023

    Como suele ocurrir en nuestro país, cada tragedia o accidente genera un mar de tinta, terrorismo informativo, deformaciones por ignorancia o mal intencionadas y juicios sumarios.

    Para variar, para un gran número de tiradores anónimos, López Obrador es el culpable.

    Casi nadie levanta la mira a la hora de apuntar. Gran parte de los medios da el enfoque dramático, conocen bien la psicología del mexicano y le dan carne fresca al monstruo del consumismo informativo.

    Tomando el trigo y haciendo a un lado la paja hagamos un recuento parcial:

    1. La potencia del huracán, un auténtico monstruo de la naturaleza, con rachas de viento de hasta 300 kilómetros por hora sorprendió primero a los propios estudiosos de estos fenómenos. Luego, por supuesto, a las víctimas.

    2. No hay poder humano que lo hubiera afrontado con “éxito”. Ni dios en Palacio Nacional hubiera entregado buenas cuentas.

    3. El fenómeno se va a repetir en el futuro. En puertos mexicanos o de cualquier parte del mundo. Lo mismo que tormentas, terremotos, tsunamis, deslaves, tornados, nevadas o erupciones, debido al calentamiento global. No se trata de usar bola de cristal para decirlo, basta atender los estudios de los expertos.

    4. Le pegó a Acapulco, ejemplo trágico de una comunidad que exhibe los más absurdos contrastes de México. Una minoría riquísima en las mejores construcciones, una clase media pequeña y un 90 por ciento del casi millón de habitantes que tiene el puerto habitando entre la pobreza y miseria.

    5. Esto no es de ahora, así nació y creció ese polo mágico que genera y exhibe bonanza insultante y junto a un mundo de miseria fruto de la explotación. Acapulco, la novia que se viste de lujo y paraíso frente al turista, pero camina descalza y en harapos.

    6. La reconstrucción tardará mínimo cinco años, vaticina el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción. Si hay quienes vean desde el corazón de la tragedia el caso, eso habrá de generar miles de fuentes de empleo, muchísima mano de obra. Volver a empezar, quizá para repetir la historia.

    7. El mismo directivo empresarial señala que la mayoría de las construcciones del puerto no estaba pensada ni diseñada ni preparada para soportar un huracán de categoría 5.

    8. El 63 por ciento de las construcciones quedaron inutilizadas. Como está ocurriendo en la franja de Gaza, ambas por la condición humana.

    9. Dañó el 98 por ciento de las líneas de electricidad y telefonía. Aquí surge lo que a mí me pareció siempre digno de reconocimiento: el papel de los electricistas mexicanos. Trátese de una inundación, un sismo, una inundación o una erupción volcánica, estos servidores públicos bajo las peores condiciones siempre han tenido un desempeño heroico. Antes de una semana se reanudó el suministro eléctrico en el devastado puerto.

    10. Sucesos de este tipo nos llevan a pensar que los fenómenos naturales de estas dimensiones no son caprichos del planeta para dañar al hombre. Es el hombre quien altera la naturaleza y paga las consecuencias.

    11. En Puebla hace varios años hubo cerca de 400 muertos por inundaciones y deslaves. La causa: comunidades situadas en las laderas de cerros y barrancas, construcciones endebles sin la mínima prevención. Pueblos pobres, los olvidados de la tierra, sujetos al paso de los meteoros. Ahora mismo se ven pueblos así en la Sierra Norte.

    12. Nueva Orleans, una ciudad del país más poderoso y rico del mundo, sufrió un embate semejante que causó 1833 muertos. Una comunidad con muchísimas mejores condiciones que Acapulco y medidas de prevención. Allá, al decir de los medios mexicanos, “también hubiera sido culpable López Obrador…”

    13. Los fenómenos brutales de la naturaleza golpean cualquier punto del planeta. El ser humano paga la factura por abuso urbano, carencia de planeación, ambición lucrativa en calidad de construcciones o asentamientos irregulares. El abuso y la omisión están presentes siempre ante el impacto brutal de esos eventos.

    14. En el fondo hay responsables mundiales. El calentamiento global es resultado de la acción humana. No es el comunismo al que temen ciertos grupos retrógradas lo que amenaza al hombre, es el consumismo.

    15. Los países altamente desarrollados operan en el planeta como fábricas insaciables. Y lo están matando. El gigante amarillo que es modelo e ícono de modernidad y progreso para muchos, junto con Estados Unidos y la India, tienen el puñal en la mano, como la espada de Damocles sobre la humanidad.

    16. China creció como potencia económica mundial en dos décadas lo que a los países más desarrollados les llevó casi un siglo.

    17. En esa gigantesca nación se aproximan lentamente al apocalipsis, pero no tienen prisa. El 40 por ciento de los ríos de China están altamente contaminados, y el 20 por ciento de ellos tiene aguas consideradas peligrosas para el contacto humano.

    18. Veinticinco de los 27 mayores lagos de China están contaminados. Doscientas noventa y ocho ciudades de China sufren lluvia ácida, es decir lluvia con ácidos disueltos, principalmente ácido sulfúrico y nítrico, procedentes de combustibles fósiles y de motores de explosión. Esto aumenta la temperatura de los océanos, efecto del calentamiento global. El cada vez mayor calentamiento de los océanos produce Acapulcos.

    19. China tiene 7 de las 10 ciudades más contaminadas del mundo, y el 37 por ciento de su territorio acusa los efectos de la degradación de la tierra y de la deforestación.

    20. Estos cocteles de la muerte producen y seguirán produciendo Acapulcos, aquí, allá o acullá. Acapulco no es casual, es causal. La muerte viene del Oriente, pero también de la India y de nuestro vecino del norte. La contribución mexicana también existe, pero es ínfima comparada con las grandes potencias.

    Levantar la mira siempre permite ver estos fenómenos en perspectiva.

    Agradecimientos

    Un viaje breve a Tehuacán en tiempo de mole de caderas es una aproximación al paraíso. Y más si los anfitriones son de calidad. Primero un sabroso café político en “La Lonja”, con el economista Antonio Tenorio Adame. Charla amena, repaso a la historia de la región, proyectos en puerta, recepción de libros.

    Después una suculenta comida con el platillo regio en la casa del periodista Óscar Cabrera, un colega de hace muchos ayeres. Hace gala de una anfitrionía excepcional. Acompañan la mesa José Luis Sorcia, exsecretario de Educación del Estado y Juan Manuel Gámez, cronista de Tehuacán. Horas agradabilísimas donde brotan pinceladas de historia, tradiciones, gastronomía, chascarrillos, anécdotas y política por supuesto.

    Inolvidables platillos, mejor aún la calidad de los acompañantes.


    Muchas gracias querido Óscar.

    En otro ámbito, mi agradecimiento a las atenciones de la Asociación de Mujeres Periodistas y Escritoras de Puebla. Trataré de estar a la altura del trato recibido. En verdad, mi agradecimiento a todas las colegas de la pluma.

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